La mejor manera para recalentarlos es hacerlo en el horno o en la freidora de aire.
Para hacerlo en el horno, precalienta el horno a 180ºC, coloca los churros en una bandeja y, si lo prefieres, cúbrelos con papel de hornear para evitar que se peguen.
Hornea durante unos 5-10 minutos, dependiendo de su tamaño.
El tiempo exacto puede variar, pero lo importante es que se calienten de manera uniforme y queden crujientes.
Si prefieres un toque más dorado y crujiente, puedes rociarlos ligeramente con un poco de aceite en spray antes de meterlos al horno.
Si tienes freidora de aire, las instrucciones son similares, pero lo podrás hacer en menos tiempo.
Precalienta la freidora de aire a 180°C, coloca los churros en la canasta, sobre papel sulfurizado para no mancharla.
Lo importante es que no los amontones, sepáralos bien para asegurarte de que el aire circula bien.
Recalienta durante 3-5 minutos, pero revisa a mitad de tiempo para asegurarte de que se están calentando de manera uniforme.
En sartén Si no cuentas ni con horno ni con freidora de aire, puedes recalentar los churros en una sartén antiadherente a fuego bajo, girándolos regularmente para que se calienten de manera uniforme y recuperen su textura crujiente.
Nunca recalientes los churros así
Lo que nunca tienes que hacer es recalentar los churros en el microondas.
Aunque puede parecer una opción rápida, no caigas en la tentación de usar este aparato para recalentar los churros, porque lo único que conseguirás es que se reblandezcan por completo.
Y una vez esto ocurra, será una misión casi imposible recuperar la textura crujiente.