TRADICIÓN ESPAÑOLA
Tradicionalmente los churros son acompañados junto a una taza o vaso de chocolate caliente.
Un contraste entre el dulce sabor del chocolate y la textura crujiente y aceitosa del churro, que causó furor entre la población.
El chocolate con churros formó parte del desayuno más deseado de los trabajadores más madrugadores y en las temporadas frías del año.
El chocolate con churros empezó a estar más presente entre las familias, las cuales acudían a sus cafeterías de confianza para desayunar o merendar indistintamente, por ocio.
El mejor acompañante de los churros por excelencia entre la población española desde entonces.
Con el paso del tiempo son cada vez más las variantes al clásico chocolate con churros que han venido para quedarse.
Ideas tan simples y dotadas de sabor como espolvrear azúcar sobre los churros.
Sabor]s exóticos de frutas como la manzana, frambuesa, melocotón, guanábana, fresa o maracuyá.
Alternativas dulces como la crema catalana, el dulce de leche, crema de cacahuete, cualquier sabor de helado o toppings como galletas, cereales, snacks y otros elementos de repostería.
Aunque la tónica general es la versión dulce de su receta, en otras regiones del mundo nuestros tradicionales churros pueden encontrarse puramente acompañados de ingredientes salados. Sin duda los churros más innovadores, versátiles y subrealistas que podemos encontrar actualmente vienen condimentados con ingredientes básicos de nuestra gastronomía, como el queso o el aguacate. Además lo amantes del picante también pueden disfrutar de su versión más extrema, la cual se ha extendido por el continente asiático. Y así, infinidad de combinaciones que seguramente existan alrededor del mundo.