Para hacer churros se necesitan 250 ml de agua, 200 g de harina de trigo, una pizca de sal, 1 cucharada de azúcar, aceite de girasol o de oliva suave, y azúcar y canela para espolvorear. En una cacerola, calienta el agua con la pizca de sal y el azúcar hasta que comience a hervir. Retira del fuego y agrega la harina de golpe, removiendo rápidamente con una cuchara de madera hasta que la mezcla sea homogénea y sin grumos. Calienta una sartén profunda con suficiente aceite para cubrir los churros, la temperatura ideal es alrededor de 180 °C. Introduce la masa en una manga pastelera con boquilla estrellada, exprime la masa directamente sobre el aceite caliente, cortándola con tijeras o cuchillo en trozos del tamaño deseado. Fríe los churros en pequeñas tandas hasta que estén dorados y crujientes por fuera, esto toma aproximadamente 2-3 minutos por tanda. Retira los churros con una espumadera y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite, espolvorea con azúcar y canela al gusto. Esta receta rinde aproximadamente 4 porciones de tamaño estándar, cada porción de churros contiene aproximadamente 180 calorías, 6 g de grasas, 1 g de grasas saturadas, 28 g de carbohidratos, 5 g de azúcares y 3 g de proteínas. Los churros se disfrutan mejor frescos y crujientes, si deseas conservarlos, guárdalos en un recipiente hermético a temperatura ambiente por hasta 1 día, para recalentarlos, puedes usar un horno o una freidora de aire, evitando el microondas para que no pierdan su textura.