Los churros aportan 361 kcal por cada 100 gramos, según la Fundación Española de nutrición.
Si tenemos en cuenta que cada ración son 90 gramos, y que normalmente se toman entre uno y dos, estaríamos aportando alrededor de 650 kcal al organismo.
Por otro lado, aportar 36 hidratos de carbono por ración, cuatro gramos de proteínas y 18 gramos de lípidos.
Si se fríen en aceite de oliva o girasol, son ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados.
Por ello, un consumo adecuado puede ser un buen complemento dentro de una dieta variada.
Entre las opciones a las que solemos recurrir para desayunar, por ejemplo, los cruasanes, las galletas maría o los cereales, los churros son los que menos calorías tienen.
Si nos fijamos en los azúcares, salvo que espolvoreemos azúcar por encima, sólo tienen 2-3 gramos.
Por el contrario, los cereales tienen 39 gramos y las galletas 24gramos.
Además, cabe destacar que los churros no tienen nada de colesterol ni grasas saturadas, contienen muy pocos azúcares refinados, son ricos en fibra y no tienen ningún colorante ni conservante.
Los componentes de los churros son los mismos que los del pan, la única diferencia es que el pan se hornea y los churros se fríen.
Pero si usamos unas buenas materias primas, tal y como hacemos en Grupo Cimorra, como el aceite de oliva o el de girasol, el churro no absorbe tanta grasa.
Los churros son un alimento casi perfecto.
Un producto tradicional, de elaboración artesanal, sabroso y apto para compartir en familia, lo que también aporta beneficios.
Un estudio llevado a cabo por la Fundación Española de Nutrición asegura que los hidratos de carbono presentes en los churros son mayoritariamente complejos.
Esto puede ser un buen complemento dentro de una dieta variada.
Como explicó el nutricionista Gregorio Varela Mosquera los churros son “un alimento casi perfecto.
Un producto tradicional, de elaboración artesanal, sabroso y apto para compartir en familia, lo que también aporta beneficios”.
De hecho, un estudio llevado a cabo por la Fundación Española de Nutrición asegura que “los hidratos de carbono presentes en los churros son mayoritariamente complejos y los lípidos en su mayor parte, si se fríen en aceite de oliva o girasol, son ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados.
Por ello, un consumo adecuado puede ser un buen complemento dentro de una dieta variada”.