Los componentes de los churros son los mismos que los del pan, la única diferencia es que el pan se hornea y los churros se fríen.
Pero si se usan unas buenas materias primas, como el aceite de oliva, el churro no absorbe tanta grasa.
Un estudio llevado a cabo por la Fundación Española de Nutrición asegura que los hidratos de carbono presentes en los churros son mayoritariamente complejos y los lípidos en su mayor parte, si se fríen en aceite de oliva o girasol, son ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados.
Por ello, un consumo adecuado puede ser un buen complemento dentro de una dieta variada.
Entre las opciones a las que solemos recurrir para desayunar, por ejemplo, los cruasanes, las galletas maría o los cereales, los churros son los que menos calorías tienen.
Si nos fijamos en los azúcares, salvo que espolvoreemos azúcar por encima, sólo tienen 2-3 gramos.
Por el contrario, los cereales tienen 39 gramos y las galletas 24 gramos.
Además, cabe destacar que los churros no tienen nada de colesterol ni grasas saturadas, contienen muy pocos azúcares refinados, son ricos en fibra y no tienen ningún colorante ni conservante.
Un churro simple suele tener unas 115 calorías, si esto lo comparamos con las calorías que aportan las espinacas, obviamente podríamos considerarlo como un alimento muy calórico.
Sin embargo, si lo comparamos con las galletas o los croissants, no son tantas.
Unos 100 gramos de churros cuentan con 360 calorías, mientras que un croissant de mantequilla puede rondar las 444 calorías por cada 100 gramos.
Teniendo en cuenta esta comparación, ¿realmente engordan tanto los churros?
Lo cierto es que no, los churros son los que menos calorías aportan.
La clave de una vida sana está en una alimentación equilibrada, y teniendo en cuenta los datos mencionados anteriormente, los churros son mucho menos calóricos de lo que pensamos.
Como todo, hay que tomarlo en su justa medida y no abusar de ello.
Muchas veces recurrimos a alimentos que parecen más sanos para “cuidarnos” más, y al final resulta, que los productos de toda la vida son mucho más beneficiosos.
Los churros son un alimento tradicional español y además están buenísimos, por lo que no vemos problema para incluirlos en nuestros desayunos, de vez en cuando.