Las almendras son ricas en fibra de efecto laxante, tienen un aporte sobresaliente en fósforo, magnesio y potasio, un contenido destacado de hierro, calcio y cinc, y son fuente de vitaminas como el ácido fólico y la vitamina E, de acción antioxidante. Pero a pesar de las bondades nutritivas, su excesivo contenido en azúcares obliga a considerar las almendras caramelizadas como un dulce que se debe consumir en pequeñas cantidades y en momentos puntuales. De igual modo, pese a que el tipo de grasas de las almendras es saludable -sobresalen las insaturadas- y se ha reconocido su papel en la prevención y tratamiento de las dislipemias, el consumo de estos dulces no se aconseja en caso de hipertrigliceridemia, diabetes, sobrepeso y obesidad. Diez almendras garrapiñadas suponen en torno a 400 calorías, el equivalente a unas 14 galletas María. Es una manera sana de disfrutar de la ocasión de saborear una receta artesana y sabrosa, sin dejar de lado el aspecto saludable de los alimentos. Las almendras al natural comparten con el resto de frutos secos un elevado aporte energético dado su alto contenido en grasas y en proteínas. El azúcar caramelizado que las cubre aporta el sabor dulce y aumenta considerablemente el valor energético de estos alimentos, ya calóricos por naturaleza.