Para preparar churros caseros necesitas 250 ml de agua, 200 g de harina de trigo, una pizca de sal, 1 cucharada de azúcar, aceite de girasol o de oliva suave, y azúcar y canela para espolvorear. En una cacerola, calienta el agua con la pizca de sal hasta que comience a hervir. Retira del fuego y agrega la harina de golpe, removiendo rápidamente con una cuchara de madera hasta que la mezcla sea homogénea y sin grumos. Calienta una sartén profunda con suficiente aceite para cubrir los churros, la temperatura ideal es alrededor de 180 °C.
Introduce la masa en una manga pastelera con boquilla estrellada. Exprime la masa directamente sobre el aceite caliente, cortándola con tijeras o cuchillo en trozos del tamaño deseado. Fríe los churros en pequeñas tandas hasta que estén dorados y crujientes por fuera, esto toma aproximadamente 2-3 minutos por tanda. Retira los churros con una espumadera y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Espolvorea con azúcar y canela al gusto.