Para preparar la masa de churros caseros se necesitan 250 ml de agua, 200 g de harina de trigo, una pizca de sal, 1 cucharada de azúcar (opcional, para endulzar la masa), aceite de girasol o de oliva suave (para freír), y azúcar y canela (opcional, para espolvorear).
En una cacerola, calienta el agua con la pizca de sal (y el azúcar si deseas un toque dulce) hasta que comience a hervir.
Retira del fuego y agrega la harina de golpe, removiendo rápidamente con una cuchara de madera hasta que la mezcla sea homogénea y sin grumos.
Puedes dejar la masa reposar unos 10 minutos para que se asiente mejor.
Calienta una sartén profunda con suficiente aceite para cubrir los churros.
La temperatura ideal es alrededor de 180 °C.
Introduce la masa en una manga pastelera con boquilla estrellada.
Exprime la masa directamente sobre el aceite caliente, cortándola con tijeras o cuchillo en trozos del tamaño deseado.
Fríe los churros en pequeñas tandas hasta que estén dorados y crujientes por fuera.
Esto toma aproximadamente 2-3 minutos por tanda.
Retira los churros con una espumadera y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Espolvorea con azúcar y canela al gusto.