En la última noche del año, muchos empezaron a soñar con lo que puede convertirse en el pistoletazo de salida de un año redondo, una buena taza de chocolate caliente con churros. Una tradición que no perdonan los rezagados que terminan las celebraciones de Navidad con una docena de estos dulces en la mano, o los madrugadores que desean empezar el día como se merece. Estos dulces fritos, que se han convertido en objeto de devoción más allá de las festividades navideñas, siguen generando debate sobre su origen. Street Food Del mismo modo, no sería tras el descubrimiento de América, con la llegada del cacao a Europa a través del Puerto de Indias (Sevilla), cuando se inventaría el maridaje perfecto en los salones de nobles con una taza de chocolate caliente, tradición que ha pervivido hasta nuestros días. En Madrid, este dulce está muy arraigado, tanto, que los churros y porras, han dado forma a lo que se conoce popularmente como desayuno a la madrileña.