La masa consiste harina, sal y agua, ¡sólo eso!
Seguramente hayas oído que en algunos sitios los llaman porras en lugar de churros, y realmente son lo mismo, sólo que las porras tienen una forma más gruesa y están un poco huecas por dentro porque llevan un poco de bicarbonato, mientras que los churros son más finos y compactos.
En un cazo grande, pon a calentar el agua con la cucharadita de sal.
Una manera muy útil de comprobar si la masa está lista es que debe despegarse del cazo completamente.
Asegúrate de que la masa está compacta antes de introducirla en la manga pastelera, es muy importante que no quede aire dentro porque podría saltar aceite al freír los churros.
El hecho de utilizar un aceite de oliva de España es una manera de hacer más sanos los churros, porque el aceite de oliva es una fuente de salud y bienestar, con antioxidantes y ácido oleico que ayuda a mejorar los niveles de colesterol sanguíneo, reduciendo los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Pon a fuego fuerte una sartén honda con aceite de oliva español para freír, con la cantidad suficiente para que los churros queden cubiertos.