No comprobar la temperatura real en la freidora Igual que pasa con el horno, la temperatura que seleccionamos con el termostato no siempre va a coincidir con la temperatura real en el interior y la mejor forma de salir de dudas es comprobarla con un termómetro de horno. También se puede utilizar un termómetro tipo sonda para comprobar que los alimentos se cocinan a la temperatura correcta. Usar demasiado aceite La freidora de aire está pensada para cocinar los alimentos con una pequeña cantidad de aceite o grasa. Si se mete un exceso de aceite o alimentos que suelten una gran cantidad de grasa, será más fácil que se quemen las cosas y, lo que es peor, se podría incendiar el aparato. No usar suficiente aceite Tan malo es pasarse como no llegar. La mayor parte de las veces es suficiente con una cucharadita de aceite, pero si vamos a cocinar alimentos rebozados que queramos que queden dorados y crujientes, la cantidad de aceite a utilizar tiene que ser algo mayor, unas dos cucharadas. No controlar el punto de humo Precisamente por ser un espacio pequeño en el que el calor se concentra mucho hay que tener especial cuidado con el punto de humo de las grasas y aceites que se introducen en ella. Si el punto de humo es demasiado bajo, no solo se quemarán los alimentos, sino que también se producirán olores desagradables y la limpieza del aparato resultará más difícil. Cocinar demasiada cantidad de una sola vez Llenar el cajón de la freidora con comida pretendiendo que se cocine toda de una vez es firmar un contrato con el fracaso. Para que la freidora de aire funcione correctamente el aire debe poder circular y, para eso, la comida no puede estar amontonada. No precalentar Muchos modelos de freidoras tienen ya programas de cocción predefinidos, pero hay que asegurarse de que estos programas incluyen una etapa de precalentamiento. Si no es así, hay que encender la máquina a la temperatura que vayamos a necesitar unos minutos antes de introducir lo que vayamos a cocinar. La freidora de aire cocinan rápido, tienen un tamaño adecuado para cocinar pocas raciones y permiten obtener texturas crujientes sin necesidad de freír los alimentos en una gran cantidad de aceite.