No hay nada como unos churros recién hechos, pero una vez que nos hemos saciado...
Puedes guardarlos bien para conservarlos en un plástico o en un tupper hermético.
Lo importante es que no los metas al frío de la nevera ni que se queden al aire.
Cuando te sobran porciones de pizza siempre tendemos a calentarlas en el microondas y son muchas las veces que se calienta sin estar nada crujiente, siguiendo blanda como cuando la metimos.
Parece que no pero sí, el tostador es la mejor solución en este caso.
Aunque debemos advertirte que debes tener cuidado si el churro suelta mucho aceite.
Para recuperar esa textura crujiente de los churros, mételos en el tostador y deja que pasen unos segundos hasta que veas que el churro está caliente y empieza a recuperar su textura.
Una vez listos, sácalos, deja que se enfríen un poco para no abrasarte
y prueba a ver si están crujientes.
Cuando tengas los churros o las porras apriétalas un poco con una servilleta de papel, verás que este papel absorberá bastante aceite.
Repite la operación varias veces para conseguir quitar bastante.
De esta manera, conseguirás ahorrarte esa grasa innecesaria de más.
Ahora sí que sí puedes disfrutar de ellos sin problema.