Unas gotas de aroma alimentario de vainilla bastan para dar a sus recetas un delicioso sabor a vainilla: amaderado, afrutado, caramelizado o incluso mantecoso, según la receta.
Si su aroma indica "natural", significa que las moléculas que lo componen proceden de productos naturales, pero no necesariamente de la propia vainilla.
El aroma natural de vainilla es una composición de varias sustancias aromatizantes naturales.
De hecho, varias moléculas que componen el sabor distintivo de la vainilla se encuentran en otros productos, que pueden combinarse para crear el sabor final de la vainilla.
La vainillina, uno de los principales componentes de la vainilla, se encuentra en muchos productos como la cúrcuma, el clavo o el salvado de arroz.
En este caso, se trata de una materia prima natural que no es vainilla, pero que sigue siendo de origen natural, no compuesta químicamente en un laboratorio.
Cuando hablamos de aroma natural DE, significa que al menos el 95% del aroma procede de la materia prima, y el 5% restante se compone de otras fuentes naturales.
En el caso de la vainilla, al menos el 95% del aroma natural de vainilla debe proceder de la materia prima vainilla, es decir, de las vainas.
Por esta razón, los aromas naturales de vainilla se elaboran a partir de extracto de vainilla.
El extracto de vainilla se elabora mediante un proceso denominado "extracción": las vainas de vainilla se sumergen en un disolvente compuesto de alcohol y agua (una solución hidroalcohólica), en el que se infusionarán.
El 5% restante también debe proceder de fuentes naturales, cuya formulación también está estrictamente regulada: los aromatizadores no pueden reproducir el sabor del 95% con este 5%.
Esta parte del aroma sólo puede conferir una tipicidad, aportando notas más frescas, especiadas, bizcochadas, mantecosas o lácteas a la vainilla original.
La vainilla debe ser el primer sabor que se reconozca, aunque su perfil aromático pueda trabajarse.