De los churros ibéricos salió el churro relleno argentino, churros cubanos rellenos de guayaba, el churro relleno de dulce de leche típico de la tradición mexicana y los churros rellenos de queso uruguayos.
Los churros pueden ser los originales cubiertos con azúcar o con chocolate fundido, nata o caramelo, también en versión salada y no es raro encontrarlos con crema de ajo o de bacalao.
Existen dos variantes principales: las porras, que son los churros más grandes, con bicarbonato en la masa para conseguir una mayor crocantez y aireación en el interior, y los buñuelos, cuya forma recuerda a la de un donut, y enriquecidos con calabaza o rellenos de chocolate, crema de café o natillas.
Ingredientes 250 gramos de harina 00 250 gramos de agua 1 pizca de sal Azúcar glass o granulada para espolvorear Una churrera o manga pastelera con boca de estrella Para freír Aceite de oliva o girasol al gusto Preparación Poner el agua y una pizca de sal en una cacerola de fondo grueso y llevar a ebullición.
En este punto, añadimos de una vez la harina tamizada y mezclamos inmediatamente con una cuchara de madera, cocinamos la mezcla que en muy poco tiempo se compactará y se despegará de las paredes de la olla formando una bola.
Colocar la masa en un bol, extendiéndola un poco para que se enfríe.
Introducir la masa en una churrera o manga pastelera, presionar directamente en el aceite caliente formando palitos de unos 8 cm de longitud.
Si vas a hacer churros, la temperatura debe oscilar entre 195º y 200º C y en 230º C si vas a hacer porras.
Durante la cocción, dar la vuelta a los churros continuamente, para que se doren bien por todos lados; necesitarán unos 2-3 minutos de cocción.
Una vez listos, pasarlos a un plato sobre el que se colocará papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.
Aún caliente, rebozar los churros en azúcar granulada a la que también se le puede mezclar canela en polvo.
Servir inmediatamente.
Como ocurre con la mayoría de los postres fritos, los churros son ciertamente más sabrosos cuando están recién hechos, mientras aún están calientes.
Si se desea, es posible conservar la masa en el frigorífico, directamente en la manga, pero no más de 12 horas.
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