Al contrario de lo que todo el mundo cree, los churros no son tan calóricos como parecen. Los componentes de los churros son los mismos que los del pan, la única diferencia es que el pan se hornea y los churros se fríen. Pero si se usan unas buenas materias primas, como el aceite de oliva, el churro no absorbe tanta grasa. Un estudio llevado a cabo por la Fundación Española de Nutrición asegura que los hidratos de carbono presentes en los churros son mayoritariamente complejos y los lípidos en su mayor parte, si se fríen en aceite de oliva o girasol, son ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados. Entre las opciones a las que solemos recurrir para desayunar, por ejemplo, los cruasanes, las galletas maría o los cereales, los churros son los que menos calorías tienen. Un churro simple suele tener unas 115 calorías, si esto lo comparamos con las calorías que aportan las espinacas, obviamente podríamos considerarlo como un alimento muy calórico. Sin embargo, si lo comparamos con las galletas o los croissants, no son tantas. Unos 100 gramos de churros cuentan con 360 calorías, mientras que un croissant de mantequilla puede rondar las 444 calorías por cada 100 gramos. Lo cierto es que no, los churros son los que menos calorías aportan.