¿Cómo se llama a los churros en Madrid?

En Madrid por ejemplo, son características las porras. Aunque se trata de una especie de churro normal, resulta algo más grande en comparación a los tradicionales, de hecho, debe su nombre a esa forma tan característica que tiene, al ser más grande al normal. Por otro lado, también son conocidos como lazos. Cuando pides un churro lazo, te van a ofrecer un churro que se cruza sobre sí mismo, en forma de lazo, aunque evidentemente, siga siendo el mismo producto, pero su forma es de otra manera.

En algunos lugares de España como es el caso de Valencia, Castilla la mancha o Andalucía entre otras se denomina churro tanto a lo que aquí en Madrid conocemos churro y porra. Lo diferencian hablando de churros grandes y churros pequeños. En el caso de Madrid, si que hacemos distinción entre ambos, hablando de churros (los pequeños) y porras (los grandes). No hay un nombre correcto como tal, lo llames churros a ambos o hagas la diferencia entre churros y porras, es correcto. Dependiendo del lugar en el que te encuentres lo llamarán de una forma u otra. Esto es lo bonito del leguaje y la diversidad de este dependiendo de la región en la que te encuentres. Incluso hablan de churros de masa (porras) y churros de papa (churros). Pues esta desveló que la denominación de las porras es errónea y que no existe, que los correcto son churros grandes y churros pequeños.

En Madrid los churros son una tradición arraigada que consigue conquistar tanto a los residentes en la capital de España como a sus visitantes, siendo la merienda o desayuno perfecto para los días más fríos. En cada local tienen su propia receta para conquistar a los paladares más exigentes, y para poder sumergirse en el aroma irresistible del chocolate caliente junto a una tentación crujiente de unos churros recién elaborados. Además de Churrería Antonio, existen otros lugares muy populares para disfrutar de los mejores churros de Madrid: Café Comercial: los churros de este establecimiento son uno de los preferidos de los madrileños, ofreciendo una experiencia gastronómica única. Sus churros están elaborados en la cocina del local al estilo tradicional y con forma de lazo, siendo un gran placer para el paladar. Son una excelente opción para desayunar o merendar en el barrio de Chamberí, cerca de Malasaña. Su precio es de 2,50 euros por una ración de cuatro churros, o 1,30 euros por la mitad de dos unidades, mientras que, si se quiere acompañar de chocolate, se puede degustar por 4,20 euros. Chocolatería Milagros: esta conocida chocolatería permite disfrutar de los churros con chocolate tanto en local como a domicilio. Este obrador artesanal los prepara al estilo tradicional, siendo irresistibles para consumirlos en cualquier momento del día, desde el desayuno hasta la merienda e incluso para un tentempié nocturno tras una salida por la noche madrileña. Cuentan con dos locales en los que poder disfrutar de sus exquisitas preparaciones. Chocolat Madrid: esta es una de las churrerías más populares de Madrid, contando con una gran calidad y un chocolate espeso, siendo elaborados a diario con muy poca azúcar. Fundado en el año 2003, este local destaca por sus churros recién hechos cada mañana, que son perfectos para acompañar su delicioso chocolate artesanal. Aunque también ofrece una amplia variedad de repostería clásica, con porras, palmeritas de chocolate y mucho más. Se encuentra ubicado en la calle Santa María, siendo una parada imprescindible para los amantes de los churros. Chocolatería Tacita de Plata: este tradicional establecimiento, con más de un siglo de experiencia en la tradición churrera de Madrid, fue fundado por Don Florencio en 1900 como una churrería móvil. Con el paso del tiempo ha logrado mantener su técnica y su receta artesanal, ofreciendo actualmente sus clásicos churros y porras con chocolate en sus tres locales de Madrid. Además, en su carta se pueden encontrar otras propuestas exquisitas como sus gofres, helados y tortitas, por lo que se convierte en un lugar ideal para una buena merienda en cualquier momento del año. Chocolatería 1902: este local centenario de Madrid, en el que los churros son una tradición que se ha mantenido durante cinco generaciones, ofrece unos churros elaborados con una receta clásica, cubierta de azúcar y acompañada de chocolate. Además, ofrece opciones sin gluten para satisfacer a todos los paladares y gustos. Para complementar y disfrutar de una magnífica experiencia, se puede complementar con una amplia variedad de chocolates, desde el puro hasta el chocolate con nata o al ron. Churrería La Andaluza: este pequeño local, sin mesas, siempre está repleto de clientes, nada extraño si tenemos en cuenta sus deliciosas porras y churros en versión lazo. Fundada poco antes de la Guerra Civil, ha conseguido mantenerse como una referencia de la capital durante generaciones. El propietario desde 2005 es Javier Mata Serna, un churrero de toda la vida que ha mantenido una técnica artesanal transmitida por generaciones, hechos a mano y con un resultado espectacular. Además de sus churros, ofrecen unas porras y unos riquísimos buñuelos que merece la pena probar. Preparan su chocolate a diario, siguiendo una receta familiar desde 1982. Estos son solo algunos de los múltiples establecimientos de Madrid perfectos para poder tomarse un buen chocolate caliente junto a unos sabrosos churros.

En Madrid, los “tejeringos” son los estriados y cortos, y los churros los lisos, dice @LeyendoosA. En Murcia, en cambio, los estriados y cortos se denominan “churros madrileños”, añade @antonioelpardo. Pero aquí los habituales y mayoritarios son los más gruesos y sin estrías. En Madrid, los “tejeringos” son los estriados y cortos, y los churros los lisos.

En Madrid es más habitual comer churros en forma de lazo, los de aquí son más bien rectos porque, debido al volumen de trabajo, los realizan en grandes ruedas. Aunque tratándose del desayuno más castizo, cualquier día es bueno. Los churros más famosos de Madrid son los que prepara la Chocolatería San Ginés, en el pasasijo del mismo nombre, junto a la calle Arenal, o, lo que es lo mismo, a solo unos pasos de la Puerta del Sol y de la Plaza Mayor. Forman el tándem perfecto: los churros con chocolate llevan alegrando los desayunos de los madrileños desde tiempos inmemoriales. Es muy típico en Madrid venir hasta aquí a primerísima hora del 1 de enero para empezar de la mejor manera posible el Año Nuevo… Puede que hoy sus mesas aparezcan pobladas de turistas atraídos por su fama y su delicioso olor, pero en otro tiempo era la bohemia quien se sentaba en ellas. Durante la Segunda República la chocolatería era conocida como La Escondida, por su ubicación en un callejón, aunque también hay quien la llamaba el Maxim’s golfo porque era el único local abierto cuando los cafés de la Puerta del Sol cerraban.