El National Institute of Alcohol Abuse and Alcoholism, indica que el consumo de chocolate amargo con alcohol puede agravar los problemas gastrointestinales, ya que relajan los músculos y provocan reflujo, por ser alimentos ácidos y grasos.
Los alimentos salados provocan un aumento en el consumo de bebidas alcohólicas, pero es fundamental indicar que, de acuerdo con varios expertos en el área de la salud y nutrición, aquellos con alto nivel de azúcar también provocan más ganas de seguir bebiendo, generando una embriaguez más rápida.
Otro error es comer salsa picante que, combinada con el alcohol, irrita al estómago, generando una sensación de pesadez y gases.
Además, si se mezclan con comidas grasosas podrían aumentar los riesgos de salud de las personas.
Por su parte, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), indican que el consumo en exceso de alcohol en un corto periodo de tiempo es perjudicial para el organismo, no solo por el estado de embriaguez, que aumenta el riesgo de padecer accidentes y envenenamiento alcohólico; sino porque el consumo de grandes cantidades de sal puede provocar problemas cardiovasculares y de presión arterial a largo plazo.
De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, la mezcla de alcohol con bebidas energéticas también puede dañar al organismo, porque contienen altas cantidades de cafeína, azúcares añadidos, entre otros, por lo que no recomiendan su ingesta combinada, debido a que algunos de sus ingredientes pueden ocultar los efectos depresivos del alcohol.
Así que solo queda decir, es bueno tomar un poco de alcohol y acompañarlo con las botanas que más nos gustan, pero no debemos olvidar que todo cambia cuando nos excedemos.