¿Cómo hacer para mantener los churros crujientes?

Para evitar que los churros se ponen duros, debemos hacer tres cosas básicas y muy sencillas. La primera de ellas es guardarlos bien. Uses el método que uses, lo importante es que no se queden al aire, ya que se pueden secar, ni que los metas en la nevera, ya que podrían absorber demasiada humedad. El segundo consejo para poder tener unos churros crujientes es que no los calientes en el microondas. Y para ello, pasamos al último paso: calentarlos en el tostador. Así, recuperarán ese toque crujiente que tanto nos gusta. Eso sí, hay que tener cuidado a la hora de ponerlos en el tostador si los churros sueltan demasiado aceite. Si es así, retírales un poco con papel absorbente. De esta forma quedarán perfectos para tomar y, de paso, estaremos facilitando la digestión de los mismos.

Lo mejor que puedas hacer para guardar bien los churros es conservarlos en un plástico o en un tupper hermético. También te pueden servir poner dos platos de forma opuesta, y los churros en el centro. Lo importante es que no los metas al frío de la nevera ni que se queden al aire. Olvídate del microondas Tendemos a pensar que el microondas es la mejor opción pero lo único que puede hacer es calentar la comida perdiendo así el crujiente que tenía. Por eso, salvo que quieras comerte los churros blanditos y calientes, olvídate de este electrodoméstico. El tostador es tu aliado Aunque debemos advertirte que debes tener cuidado si el churro suelta mucho aceite. Para recuperar esa textura crujiente de los churros, mételos en el tostador y deja que pasen unos segundos hasta que veas que el churro está caliente y empieza a recuperar su textura. Una vez listos, sácalos, deja que se enfríen un poco para no abrasarte ¡y prueba a ver si están crujientes!

Si al preparar churros con azúcar buscas que te queden extra crujientes, a continuación, te compartimos algunos trucos para que puedas conseguirlo: Masa: Asegúrate de que la masa tenga la consistencia adecuada. Debes ser suave pero no pegajosa ni chiclosa. Agrega suficiente harina para obtener la textura correcta y sigue detalladamente la receta. Reposo: Deja reposar la masa de los churros durante al menos 30 minutos antes de freírla. Esto permitirá que se hidrate adecuadamente y obtenga una mejor textura. Aceite: Asegúrate de que el aceite esté bien caliente antes de freír tus churros. Utiliza un termómetro de cocina para asegurarte de que la temperatura esté entre 180 y 190 °C (350-375 grados Fahrenheit). Esto ayudará a que los churros se cocinen rápidamente y queden crujientes. Manga pastelera: Utiliza una manga pastelera con una boquilla en forma de estrella para formar los churros, si no cuentas con una puedes colocar la mezcla en una bolsa de plástico común y hacer un orificio en una de sus puntas y colocar una boquilla de metal. Esto les dará su característica forma estrellada y ayudará a que se cocinen de manera uniforme. Tamaño: Intenta hacer churros del mimsmo tamaño para que se cocinen de manera uniforme. No hagas los churros demasiado gruesos, ya que pueden quedar crudos por dentro. No sobrecargar el aceite: Fríe los churros en tantas pequeñas para evitar que se peguen entre sí y para que el aceite mantenga su temperatura constante. Exceso de aceite: Después de freirlos, colócalos papel de cocina o servitoallas para que absorba el exceso de aceite. Azúcar: Justo después de escurrir el exceso de aceite, espolvorea los churros con azúcar mientras están calientes. Esto hará que el azúcar se adhiera y les dará un toque dulce y crujiente a la vez. Como recomendación, se sugiere consumir los churros el mismo día que se preparan, debido a que recién hechos estarán súper crujientes, pues si deseas consumirlos un día después, encontrarás unos churros aguados. Lo que sí puedes hacer es preparar la masa hasta con una semana de anticipación y conservarla en el refrigerador. Recuerda tener precaución al manipular los churros en el aceite caliente. Disfruta de tus churros caseros extra crujientes y deliciosos.