El hecho de seguir una dieta sin gluten requiere compromiso por parte del paciente celiaco, que necesita tener un conocimiento claro tanto de la enfermedad como de los alimentos que puede o no consumir.
En definitiva: la dieta se basa en la eliminación de cualquier producto que contenga trigo, avena, cebada, centeno.
Productos derivados de dichos cereales: almidón, harinas, panes, pastas alimenticias con gluten, sémola, etc.
Una dieta en principio sencilla de seguir, pero que supone un reto tanto para el paciente como para los profesionales sanitarios.
La clave de la alimentación del celíaco:
Llevar una dieta lo más natural posible, basada en alimentos frescos y naturales que en su origen no contienen gluten: leche y derivados, carnes, pescados, huevos, frutas, verduras y tubérculos, legumbres, cereales sin gluten (maíz y arroz), aceites y grasas.
Es muy importante, a la hora de hacer la compra, LEER BIEN LAS ETIQUETAS.
Se puede consultar la 'Lista de Alimentos sin gluten' elaborada por las asociaciones de celiacos de España (pero sin abusar de ella), ya que el consumo de alimentos manufacturados implica asumir riesgos ya que, en dichos productos, es más difícil garantizar la ausencia total de gluten.
El Reglamento (UE) 1169/2011 establece los requisitos para la información alimentaria facilitada al consumidor.
Y a través del Real Decreto 126/2015 por el que, hoy en día, tanto el fabricante como los restaurantes en los que se produzca o vendan alimentos deben informar sobre los alergenos que contienen.
¿Puedo hacer vida social si soy celíaco?
Por supuesto.
Antes de pedir algo al camarero/a, infórmele sobre su intolerancia y él debe orientarle sobre qué productos deben consumir y cuáles no, recuérdele que para su comida se requiere el uso de aceites limpios como de harinas.