Lo que buscamos en un aceite a la hora de freír churros es que el producto final quede crujiente, dorado, lo menos grasiento posible y a la vez de que no se enrancie rápidamente.
Debemos tener en cuenta que en muchas ocasiones el consumo de los churros no ocurre inmediatamente una vez fritos sino que ofrecen durante buena parte de la mañana, como es el caso de las cafeterías, por lo que transcurren varias horas desde que se fríen hasta su consumo.
Además, es importantísimo tratar con un aceite que no aporte sabor a la masa de los churros y que aguante las altas temperaturas sin producir olores desagradables ni humos.
Estas características son conseguidas por nuestro aceite Mister Cheff.
Nuestro aceite tiene un alto contenido en ácido oleico, con lo que conseguimos que en la fritura de inmersión se forme una pre-capa en el alimento, impidiendo así que el aceite penetre en el interior de la masa.
Con ello logramos un producto final crujiente y poco grasiento, que contendrá mucho menos aceite que el churro frito tradicional con un aceite convencional.
Nuestro aceite es 100% vegetal, está libre totalmente de grasas trans, tampoco contiene grasas hidrogenadas, no contiene aceites GMO (organismos genéticamente modificados), y tiene un perfil de ácidos grasos muy equilibrado (contenido en grasas saturadas menor que el de grasas mono y polisaturadas).
Con lo cual, garantizamos que es un aceite ideal para todo tipo de consumidores y perfectamente recomendable para todo tipo de dietas alimentarias.
Además de lo anteriormente descrito debemos tener en consideración la vida útil del aceite que vamos a utilizar: cuantos más churros seamos capaces de freír con la misma cantidad de aceite, más rentable será el mismo y menos veces tendremos que cambiar el aceite de la freidora.
Con nuestro producto podemos hacer una estimación orientativa: podremos freír hasta tres veces más churros que con un aceite convencional.
Como ya hemos visto, el churro frito va a contener menos aceite, con lo que ya estamos obteniendo un ahorro.
Por otro lado, al producir menos humos reducimos la evaporación del aceite, y al soportar altas temperaturas, el aceite no se degrada con tanta rapidez, con lo que permanece en perfectas condiciones durante mucho más tiempo.
Por último, el antioxidante natural retrasa su enranciamiento, con lo cual retardamos la descomposición del aceite.